Había una vez dos amigas llamadas Carmen y Sara que les gustaban mucho las aventuras, y siempre llevaban su lupa consigo. Un día vieron a la hermana de Sara con una caja muy misteriosa que estaba cerrada con un candado. Entoces, Carmen tuvo una idea y se le encendió la bombilla. Pensó un plan para poder quitardela y descubrir que había dentro. Hicieron el plan de Carmen, y la consiguieron. El candado por suerte estaba abierto y vieron un pequeño libro dentro. Se fueron al parque para que la hermana de Sara no las viera con la caja. Se sentaron en un banco cerca de una fuente a leerlo y descubrieron que era su diario, pero por desgracia el diario se cayó a la fuente y se mojó. Tenían un gran problema.
Vieron un bastón tirado en el suelo y lo cogieron para coger el diario sin estropearse. Se fueron a casa rápidamente con el diario, se encerraron en la habitación de Sara y cerraron la puerta con una cerradura, apagaron la luz para que la hermana de Sara creyera que no había nadie en la casa, y cogieron una linterna. Su hermana oyó unos ruidos y subío a la habitación para ver que pasaba, pero como no se habría la puerta miró por el ojo de a cerradura. Sara se lo contó a su hermana pero ella no se enfadó porque era su diario de pequeña y no le importaba que lo leyera.
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